
Cuenta la historia que hace años atrás, en el actual valle de Jauja, un monstruo horrible salía de un lago. Éste tenía una cabeza de llama, dos alas, cuerpo de batracio y una gran cola de serpiente.
Más tarde, el tulunmaya (arco iris) engendró en el lago otro Amaru para compañero del primero y de color más oscuro; este último nunca llegó a alcanzar el tamaño del primero, que por su madurez, había adquirido un color blanquizco.
Los dos monstruos se disputaban la primacía sobre el lago, cuyo peñón, aunque de grandes dimensiones, no alcanzaba ya a dar cabida para su reposo a los dos juntos. En una de estas frecuentes luchas, el Amaru grande perdió un gran pedazo de su cola al atacar furioso al menor.
Irritado el dios Tikse, descargó sobre ellos una tempestad, cuyos rayos mataron a ambos y cayeron deshechos sobre el ya agitado lago, aumentando su volumen hasta romper sus bordes y vaciarse por el sur.
Cuando se formó el valle, salieron lanzados del Warina o Wari-puquio (que proviene de las palabras wari, <<escondrijo no profanado que guarda alguna cosa o ser sagrado>> y puquio, <<manantial>>) los dos primeros seres humanos, llamados Mama y Taita, que hasta entonces habían permanecido por mucho tiempo bajo tierra por temor a los amarus.
Los descendientes de esta pareja construyeron, más tarde, el templo de Wariwillka, cuyas ruinas existen todavía y se encuentran a 6km de la ciudad de Huancayo. Contacta una agencia de viajes personalizados a Perú y conoce estos geniales lugares.
Fuente: Mitos, Leyendas y Cuentos Peruanos (José María Arguedas).