
Cuentan los historiadores que Ai Apaec fue el terrible dios de los mochicas, que sediento de sangre exigía sacrificios humanos. Los Cie-quich y los Alaec le ofrendaban jóvenes guerreros en hermosos templos, como Huaca Rajada, actualmente uno de los atractivos turísticos de Chiclayo.
La imagen más famosa de este Dios de los mochicas fue descubierta en 1990 por el arqueólogo Daniel Morales, en la Huaca de la Luna de Trujillo. En esta imagen se puede apreciar que tiene el rostro antropomorfo, la boca felínica y olas marinas que rodean su cabeza.
Ai apaec fue representado de varias formas, variando en el tiempo y en la artesanía que fuera representada. En la metalurgia se presenta de forma arácnida, con 8 patas y un rostro antropomorfo y colmillos de jaguar.
En la cerámica es más antropomórfico y suele tener cabezas en sus manos y en ocasiones dos serpientes que brotan de su cabeza. En la escultura se le puede observar con un báculo y una forma humanoide, con el rostro severo y los colmillos de felino.
Se le adoraba como el dios creador y protector del mundo Moche. Era el proveedor del agua, de los alimentos y de los triunfos guerreros.
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